El Túnel de Occidente atraviesa territorio palmiteño
“El comercio se vino a tierra”
El 18 de enero de 2008 se demandó a
Invías, Departamento de Antioquia, Municipio de Medellín, Área Metropolitana
del Valle de Aburrá y Proyecto Conexión Vial Aburrá-Río Cauca. El reclamo
obedece al deterioro que ocasionó la nueva vía al comercio formal de la antigua
carretera al mar.
Rosa María Pérez Rivas
Al menos 6 mil
millones de pesos solicitan como indemnización 23 comerciantes del
corregimiento San Sebastián de Palmitas (S.S.P), a las entidades públicas
socias del Túnel de Occidente, por daños materiales y perjuicios morales.
Los
comerciantes están inconformes con el escaso tráfico vehicular y la ausencia de
viajeros por la carretera vieja desde la apertura del túnel Fernando Gómez
Martínez, que dejó pérdidas económicas en negocios e inestabilidad emocional en
propietarios.
Antes de presentar la demanda, los
vendedores plantearon otros mecanismos de defensa: se quejaron en las
audiencias públicas de 2006 –realizadas en el corregimiento– y ante el Concejo
de Medellín, e intentaron vías de hecho como taponar la nueva conexión vial,
acción de protesta que no dio el resultado deseado.
La justicia decidirá
Urbano Rico
pertenece a la Asociación de Abogados Compañía Legal S.A., que contrató el
grupo de comerciantes de la carretera vieja.
Según Rico, la Ley 99 de 1993 establece que los
mega proyectos –proyectos de intervención que afectan a grandes comunidades–,
deben destinar un porcentaje para mitigar el impacto socioeconómico y ambiental
que causarán sobre el territorio y su población. Bajo esta razón se reunieron
173 vendedores a mediados de octubre de 2007, con el fin de exigir una
compensación por parte del Estado.
El abogado considera inconsistente el
proceso que siguió el proyecto Túnel de Occidente con los comerciantes de la
carretera vieja: “hicieron un censo, donde encontraron trece comerciantes
afectados, luego aumentaron a ochenta, más tarde se redujeron a los mismos
trece, descartaron a algunos que se podían trasladar a la nueva vía y la
conclusión es que sólo eran cinco negociantes perjudicados”.
Kilómetros sin andar
El 20 de enero
de 2008 se cumplieron dos años de la apertura del túnel, según los comerciantes
de la carretera vieja, esta fecha desató el olvido al que pasarían sus
estaderos. Antes esa vía era la fuente de empleo del corregimiento: entre los
oficios más comunes estaban ser meseros o cocineras, sólo algunos eran
propietarios. Ahora la situación es diferente, el propietario ordena y atiende
los pocos viajeros que transitan por obligación, la antigua carretera al mar.
Una de las
afectadas por esta situación es Rocío Arango, propietaria de la tienda Rincón
Paisa y participante de la demanda. Ella afirma: “Me levanto muy temprano para
poder venir a hacerme los dos mil pesos de todos los días, a esta hora he
vendido novecientos, abrí a las 7:30 y son las tres. Cierro a las 5:30 de la
tarde porque me da miedo que vengan y me roben”.
Entre el grupo de comerciantes que demandó también
está Luz María Mejía, propietaria del Estadero Palmitas –negocio que
lleva trece años–, quien niega haber recibido sensibilización antes de la
ejecución del proyecto: “nadie opinó nada, el gobierno lo vino a hacer de una”.
A pesar de la situación que vive, reconoce ser una mujer perseverante, “todavía
no nos hemos dejado vencer”.
El presidente de Asocomunal (Asociación de
Juntas de Acción Comunal), vicepresidente de la JAL (Junta Admistradora Local)
y comerciante de la zona central, Jairo de Jesús Ospina, también se unió a la
demanda. Ospina afirma que muchos campesinos de la vereda no volvieron a
transitar por allí, por preferir la nueva conexión vial.
Esperanzas y temores
En definitiva, cuatro razones tienen los
palmiteños para aceptar positivamente el Túnel de Occidente: Palmitas pasó de
ser el corregimiento más retirado de la ciudad (32 km.) a ser el más cercano
(16 km.); la construcción generó empleo para ellos relacionado directamente con
la obra.
El tercer motivo alentó a los habitantes: desde la apertura
del túnel, medellinenses y turistas identifican el corregimiento como parte de
Medellín. Por último, los ciudadanos esperan que a largo plazo, el túnel traiga
un beneficio turístico y puedan acceder a más empleo en el centro urbano.
El Túnel responde
Jesús María Hidalgo, representante del
Túnel de Occidente frente a la comunidad palmiteña argumenta:
1. Según el Plan de Manejo Ambiental del Túnel de Occidente, el
proyecto es responsable de una compensación colectiva ambiental –sembrar 180
mil árboles desde San Cristóbal a San Jerónimo– y negociar con pagos
individuales a personas afectadas de manera directa, como la compra de franjas
de tierra. También se asume cualquier derrumbe generado con la operación del
túnel.
2. El proyecto no asume afectaciones indirectas como el caso de los
comerciantes de la vía al mar. En la vía vieja se mermó el flujo, pero el Plan
de Manejo Ambiental nunca indicó que iban a pagar compensaciones económicas.
3. Se aplicaron encuestas socioeconómicas a los comerciantes
informándoles que se iba a construir el túnel, para que empezaran a buscar
alternativas.
4. Se incrementó el empleo: los nuevos negocios de la conexión vial
contratan más empleados, se mejoró ostensiblemente la locación y el servicio.
Se establecieron negocios bajo la normatividad del Estado colombiano.
5. En la carretera al mar están los
negocios que no viven del turismo y son un comercio local que surte a la
población campesina. Los locales que dependen del flujo de pasajeros se fueron
para abajo buscando a sus clientes: turistas, camioneros y usuarios de la vía.
Algunos de los propietarios cerraron sus
negocios. Los comerciantes que tuvieron la posibilidad económica para comprar
terrenos cerca a la nueva vía, abrieron estaderos y restaurantes a lo largo de
la conexión vial.
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